El lenguaje y la experiencia humana siempre se encuentran presentes en la realidad de una lengua, donde por abstractas o particulares que puedan ser las operaciones de nuestros pensamientos se ven reflejados en la expresión lingüística. Porque justamente la lengua ha sido creada y tan utilizada por el hombre que hasta al mismo espíritu humano se ha entregado. Es decir, podemos definir a la lengua como esa herramienta extensa e inconsciente del ser, que se emplea para decir las cosas que pensamos y cómo las pensamos. Qué dilema al que se enfrenta la comunicación al tratar de entender los procesos tan distintos y abstractos que se realizan para poder transmitir algo, específicamente en el proceso de comunicación del ser humano, pero de esta manera damos cuenta de que el pensamiento y el habla, aunque sean distintas operaciones, en esencia hay una interacción fundamental y entrañable entre ellas para que la razón y el espíritu del ser se manifiesten.
El texto escrito
Toda nuestra historia, nuestra cultura y la ciencia que poseemos dependen directamente de la creación y manipulación de algunas palabras esenciales de nuestra lengua. El hombre en su evolución comienza organizando su realidad por medio de palabras y estas a su vez van formando conceptos que amplían de igual manera al ente llamado, como al propio pensamiento humano. Es en el texto escrito donde las ideas se organizan rigurosamente; se estructuran y construyen los pensamientos humanos, siguen las reglas de la lengua y de la escritura. En este punto sabemos que el mensaje que transmite un texto escrito trasciende en el tiempo y el espacio, que tiene una complejidad explícita en donde los recursos sintácticos y de puntuación dan amplitud circuito comunicativo. La comunicación escrita está ligada con el raciocinio y la estructura formal de los pensamientos del hombre, a la vez esta se encuentra más estable al quedar plasmada y con menos rigor al cambio.
La importancia, pues, del texto radica precisamente en el hecho de que lo escrito, escrito queda; y es que se cuenta con la inapreciable ventaja de poder intentarlo una y otra vez, puliendo y retocando los borradores, hasta que el resultado corresponda fielmente a sus deseos.
El hecho de hablar puede equipararse a la primera aparición pública de un actor en teatro; si desempeña un papel bien o mal, no habrá manera de mejorarlo o enmendarlo y será juzgado conforme a esta única actuación; en cambio, el acto de escribir es como actuar para el cinematógrafo, donde se es posible filmar varias veces la misma escena hasta quedar satisfechos intérpretes y directores. Así es como cualquier escritor tiene la oportunidad para considerar la forma de expresión, analizar las cualidades o defectos de esta, y tratar de mejorarla.
El texto escrito ya designado como un posible texto visual, auditivo o mixto que emerge de una situación e intención comunicativa.
El texto puede no tener una extensión fija; puede ser lo mismo una palabra o un libro, siempre y cuando sea íntegro y posea sentido, coherencia y adecuación.
La integración de un texto se da cuando no falta ninguna información para ser comprendido; tiene un sentido si sus distintos elementos tienen significado dentro de una determinada situación comunicativa. La coherencia se va a manifestar por las interrelaciones de todas las partes del texto, mediante diferentes mecanismos.
Es así que un texto escrito, sobre todo en un área del conocimiento, es adecuado cuando reúne las siguientes características:
· Presenta un esquema de desarrollo apropiado.
· Contiene información que es necesaria y pertinente.
· El léxico y la sintaxis son acorde con la intención comunicativa.
Componentes dinámicos en la comunicación del texto
No se puede hablar de un fenómeno lingüístico, el texto escrito en este caso, sin precisar el enfoque en el que se sitúa el mensaje. Sabemos que el hombre al hacer uso de la lengua se halla en un proceso de emisor y receptor y va cambiando constantemente el rol, dependiendo de la comunicación establecida.
El enunciador realiza un recorrido que parte de una referencia (conocimientos, experiencias, ideas, sentimientos, etc.), para después ir conceptualizando la idea en su lengua natural, al tiempo que le otorga intención a la misma. Es con estos elementos con los que el enunciador se permite hacer realizaciones discursivas; es decir, el enunciador utilizará significados potenciales que contiene la lengua para que el discurso sea portador de significación, de alguna manera esta parte pertenece a la función onomasiológica. El interpretante parte obviamente de un texto, va identificando los elementos discursivos a fin de ir construyendo supuestos de sentido que le ayuden a comprender el mensaje. Primeramente, hace una representación sobre el texto, lo conceptualiza y reflexiona de acuerdo a su realidad más cercana, este recorrido pertenece a la función semasiológica.
Los componentes y mecanismos lingüísticos del mensaje son los siguientes:
REFERENCIAL
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Facultativo por cuanto lo conceptual puede por sí solo ser punto de partida del enunciador y de llegada para el interpretante.
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CONCEPTUAL
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Representación mental,
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LENGUA
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Como saber, competencia léxica y gramatical. Semiotiza signos y permite esquemas de identificación.
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DISCURSO
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Doble función de resultado observable tras la lienalización, y de base de partida del interpretante.
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Fuente: Pottier, Bernard (1992). Semántica General. Madrid: Gredos.
Se vale de la comunicación no verbal (voz, gestos, …)
Materia fónica.
Inmediatez en el espacio-tiempo de comunicación.
Carácter inmediato, efímero.
Sintaxis sencilla y poco estructurada.
Uso abundante de deícticos.
Existe interacción.
Tiene como finalidad establecer y
mantener relaciones
Apenas hace uso de la comunicación no verbal. recursos tipográficos.
Carácter duradero.
Materia gráfica.
Generalmente no se comparte el contexto espacio-temporal.
Complejidad sintáctica.
Menor empleo de fórmulas deícticas.
No hay interacción.
Pretende almacenar y transmitir información
Principales características del texto
Un texto escrito no solamente se delimita en cuanto a las oraciones y los párrafos que lo componen. Sin embargo, es indispensable reconocer los elementos que lo activan para una buena aplicación:
· El carácter comunicativo.
· Estructura.
· Función específica.
El texto, como la estructuración de nuestros pensamientos, conocimientos y de nuestra realidad, siempre requiere de comunicar en un plano social y contextual que dé sentido a lo dicho. Articula varios elementos morfosintácticos y elementos semánticos con el fin de que el mensaje vaya perfectamente organizado según estas disciplinas lingüísticas. Y finalmente recrea una situación o intención comunicativa, en donde el texto toma su propia personalidad en el sentido de lo que se quiere decir.
Pero la textualidad presenta dos factores de suma importancia: la cohesión y la coherencia.
Cohesión es una realización lingüística determinada por la relación entre los elementos del texto. Dicha relación se basa en el manejo de las reglas que rigen la ordenación e interdependencia sintáctica y semántica de los elementos textuales.
Toda la morfosintaxis o estructura del texto superficial se basa en algunos mecanismos de cohesión como los son: signos de puntuación, preposiciones, conjunciones, pronombres, adjetivos, adverbios y los artículos indefinidos. Cada uno de estos elementos obviamente son analizados desde su sintaxis (función gramatical que cumplen en el texto por la relaciones contextuales que forman), como de su carga léxico-semántica (la significación que contienen en la construcción de texto y su intercalación con demás palabras).
Los mecanismos propiamente dichos son:
Conectores: copulativos, disyuntivos, adversativos, explicativos, causales y consecutivos.
Marcadores discursivos: son las enunciaciones que expresan puntos de vista, certezas, confirmaciones, afirmaciones, tematizaciones, explicaciones, ejemplificaciones, etc.
Correferencia: como la repetición de ciertos elementos de importancia a lo largo del texto.
Pronominalización: son las palabras que puedan sustituir a otras palabras o frases. Intercambio de unidades lingüísticas para construir un texto que no sea repetitivo en sus palabras.
Coherencia se refiere la organización interna del texto, es decir, se determina la intención y significación del mensaje. La organización de los pensamientos, la información y hasta la aplicación del conocimiento del texto. Lingüísticamente se habla de una lógica, una semántica y una pragmática del texto escrito.
La coherencia es la articulación de elementos globales e integrales, de aspectos explícitos e implícitos y la manifestación de linealidad semántica, pragmática y morfosintáctica de la estructura profunda del texto.
Se habla de una progresión temática en donde todos los elementos se ligan de manera formal y lógica, en donde precisamente el enunciador tenga la capacidad de expresar un texto con un sentido objetivo y profundo para que el interpretante rápido pueda esquematizar el conocimiento recibido. Este fenómeno pragmático depende de la intención y la relación entre el emisor y el receptor en la situación comunicativa.
Hablando de texto oral y texto escrito, podemos plantear:
Texto oral
Canal auditivo.
Se vale de la comunicación no verbal (voz, gestos, …)
Materia fónica.
Inmediatez en el espacio-tiempo de comunicación.
Carácter inmediato, efímero.
Sintaxis sencilla y poco estructurada.
Uso abundante de deícticos.
Existe interacción.
Tiene como finalidad establecer y
mantener relaciones
Texto escrito
Canal visual.
Apenas hace uso de la comunicación no verbal. recursos tipográficos.
Carácter duradero.
Materia gráfica.
Generalmente no se comparte el contexto espacio-temporal.
Complejidad sintáctica.
Menor empleo de fórmulas deícticas.
No hay interacción.
Pretende almacenar y transmitir información
Dimensiones del texto
Dimensión estructural:
Un párrafo debe poseer una idea central que organice otros aspectos que contemplen el contenido del tema a tratar. Para poder redactar un párrafo es necesario que se jerarquice la información, integrándola lógica y ordenadamente a través de enunciados que especifiquen una misma idea.
Un texto está integrado por un gran número de partes, cada una de ellas de mayor complejidad. Dependiendo del tamaño o de la extensión del texto de que trate, tendrá solo algunas de estas partes o la totalidad de ellas. Sin embargo, lo que necesitan los textos actualmente no solamente es una estructura correcta, sino una excelente forma de expresión, de estilo y un enriquecedor conocimiento que venga de la misma esencia del ser. Esta esencia integradora del conocimiento, de los raciocinios y del propio sentir del ser humano. Es decir, hacer textos que realmente distingan dimensiones de profundidad y de literalidad al mismo tiempo.
Debemos entender que estamos en una era que debe despertar y que contextualmente, de acuerdo a la tecnología, podemos hacer uso de la textualidad para compartirla en los diversos medios de comunicación. Pero este texto debería obedecer a una literatura que retrate conocimiento y situaciones de la vida diaria; que sea la palabra escrita el medio para convertir los fenómenos en situaciones emotivas, fantásticas, sociales, políticas u otros, en textos de calidad estética y propósitos bien definidos y beneficiarios para el emisor y receptor al mismo tiempo. En donde estos dos elementos converjan en el mismo pensamiento y esencia de su ser. Es decir, que los dos tengan una situación recíproca de pensar y hacer pensar.
Hagamos trascender el texto en espacio y en tiempo, que la trascendencia sea primeramente individual en donde nosotros comprendamos e interpretemos las dimensiones del contenido del texto.
Tipos de textos escritos y sus modos de comunicación
Los textos son mensajes, que han sido escritos por un autor que establece en su obra una determinada realidad que surge de forma independiente, pero se relaciona con el mundo de su creador, en cuanto que recurre a su cultura, su ambiente natural, su momento histórico, sus costumbres o filosofía que se traducen a través de un texto verosímil y coherente.
El contexto es lo que circunda a la creación lingüística, marca el tiempo, el esfuerzo, la manera, el propósito, la causa y la consecuencia de lo que se habla, podemos decir que es el elemento que actualiza y condiciona la obra, ya que hace posible el acercamiento al texto y la comprensión del mismo.
El texto escrito ya designado como un posible texto visual, auditivo o mixto que emerge de una situación e intención comunicativa.
Los textos son:
Por su modo discursivo:
- Descriptivos.
- Argumentativos.
- Expositivos.
- Prescriptivos.
- Persuasivos.
- Narrativo
Por el canal de comunicación:
- Visual Icónico (imagen)
- Auditivo (sonoro o escrito)
- Mixtos
Por la intención comunicativa:
- Científicos
- Literarios
- Periodísticos
- De interacción
Fuente: Elaboración a partir de Zacula F.&Vital A.(2008)
Análisis de algunos de los aspectos relacionados con la clasificación de los textos:
Según el dominio de una intención comunicativa, se clasifican en:
Científicos: su propósito es comunicar todo conocimiento que sea objetivo, este tipo de textos se encuentran en el campo de las ciencias y su función lingüística es la referencia. En estos textos objetivos o concretos debemos aprender que no solo es la copia o toma de ideas de lo ya dicho. Los textos científicos tienen la capacidad de pensar y hacer pensar, de transmitir nuevos conocimientos en donde de nuevo se deje cierta persuasión para la continua investigación y desarrollo del conocimiento.
Literarios: la función poética y el lenguaje estético de este texto nos expresa siempre mensajes que provienen de los sentimientos y pensamientos más íntimos del emisor. Es un género textual que nos permite no solamente pensar o sentir, sino crear nuevas formas de escritura.
Periodísticos: la intención clara de informar, opinar y hasta advertir son las características de la función apelativa de la lengua de la que se vale el texto periodístico. El periodismo actualmente considerado como un género en donde las expresiones más amplias y profundas se pueden expresar. Importante su auge y su utilidad en la que los hombres podrán hacer un buen uso para la reactivación del verdadero pensamiento humano.
Interacción: con función básicamente apelativa; su objetivo principal es el de poder comunicarse con el interlocutor para realizar una serie de actos sociales, según la intención del emisor, consiste en convencer, persuadir o influir, disuadir, invitar, etc.
Por su modo discursivo, se clasifican en:
Cada uno de estos géneros en la lengua escrita se pueden manifestar de
diversas formas, según la intención comunicativa que se pretenda al escribir y mandar una información. Son los procedimientos a los que recurre la expresión responsables de ordenar las categorías de la lengua en función de las finalidades discursivas del acto del habla.
Texto Descriptivo: El texto descriptivo refiere las características o propiedades de un objeto, su estructura se organiza básicamente sobre las dimensiones del espacio que rodea el contenido. La descripción siempre supone entonces una forma de análisis, ya que implica la descomposición de su objeto en partes o elementos y la atribución de propiedades o cualidades.
Texto Narrativo. La narración es contar. Este modo tiene como función testimoniar una experiencia, poner en escena una sucesión de acciones que se influyen mutuamente y se transforman en un encadenamiento progresivo. Uno de los estudios profundos para el análisis del discurso narrativo es del que habla Ferdinand de Saussure, que es retomado por los formalistas rusos y posteriormente por los estructuralistas, es el de sintagma y paradigma
Texto Expositivo: Es la presentación de un tema cualquiera con el propósito de darlo a conocer y que lo comprendan otras personas. El tono de una exposición es objetivo, no emocional. El vocabulario es preciso y apropiado. Un texto expositivo contempla:
1. Inicio el tema o idea a exponer.
2. Desarrollo (Se ilustra la tesis mediante ejemplos, datos, argumentos, etc., se produce una explicación de la idea contenida en el inicio).
3. Conclusión ( se resumen las ideas que se deducen de lo expuesto en el inicio y en el desarrollo de la exposición)
Texto Argumentativo: Con la argumentación se pretende defender una opinión y persuadir de ella a un receptor mediante pruebas y razonamientos, que están con diferentes disciplinas: la lógica (leyes del razonamiento humano), la dialéctica (procedimiento que se pone en juego para aprobar o refutar algo). Por lo tanto la tesis es la idea fundamental sobre la cual se reflexiona y se argumenta.
El cuerpo argumentativo es la aportación de todo tipo de razones que permiten al autor convencer al destinatario.
Texto Prescriptivo: La finalidad de este texto es la de actuar sobre el comportamiento del interlocutor, esto quiere decir, que se pretende obtener respuestas (no verbales) del interlocutor. Algunos de los casos de estos textos se presentan en las recetas de cocina, recetas médicas, instructivos, manuales, guías, etc.
Texto Persuasivo: Los textos persuasivos son aquellos que están integrados por enunciados cuya intención es la de influir en las acciones del receptor (enunciatario) y convencerlo; para ello, el emisor (enunciador) utiliza razones y argumentos que adquieren fuerza y eficacia para lograr su objetivo o propósito.
Son diversos los planteamientos a este respecto, pero estos son algunos de los aportes fundamentales que dan profundidad al tema de los textos y sus tipos.
La siguiente tabla refuerza lo expuesto anteriormente, dando nuevos detalles respecto del análisis de los textos.
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